Hoy partimos temprano en la mañana hacia una de las áreas más pintorescas de cualquiera de las Siete Iglesias de Asia [Rev. 1:11; 3:1 - 4], Sardis, actualmente Sart. Esta fue la capital del antiguo reino lidio del siglo VI a.C., retratada como una iglesia moribunda. Visitamos el gran Templo de Artemisa y el Templo de Cibeles, que se convirtió en una iglesia bizantina. También visitaremos el gimnasio restaurado y la Sinagoga reconstruida. También vemos los últimos metros de la carretera real persa de Susa a Sardis, construida por Ciro el Grande, y el río «dorado» Pactolo. Almuerzo en ruta.
Luego continuamos nuestro viaje a Filadelfia, hoy llamada Alasehir, otra iglesia de las Siete Iglesias de Asia [Rev. 1:11; 3:7], y la única iglesia que no fue censurada. Allí vemos los restos de una basílica bizantina construida de ladrillo, con un poco de alto arco y algunos frescos del siglo XI. Viajamos a la ciudad sanadora de Hierápolis, actualmente Pamukkale, la «fortaleza de algodón» blanca donde agua mineral caliente brota de la tierra y cascadas sobre acantilados empinados formando piscinas, canales y estalactitas. Las aguas terapéuticas eran conocidas por los fundadores de Hierápolis y de Laodicea en 190 a.C. En Hierápolis [Col. 4:13] visitamos el Martirio del Apóstol Felipe, donde fue martirizado durante las persecuciones ordenadas por Domiciano. Procedemos a Laodicea (nombre actual Denizli), otra de las Siete Iglesias de Asia Menor [Rev. 1:11; 3:14; Col. 2:1; 4:13 - 16]. Vemos el antiguo teatro, los restos de la basílica y las antiguas tuberías de agua de piedra.
Visitamos la Puerta de Domiciano, la Vía Arcadia, el Teatro del siglo II d.C., el Nymphaion, el Templo de Apolo, el Plutonium. Registro en el hotel para la cena y la noche en Pamukkale.
Z fue nuestra guía y hizo un trabajo magnífico. Era un tour bíblico, así que nos preguntó nuestra denominación y en qué creíamos para poder adaptarlo a nuestras necesidades. Nos dio tanta historia como estábamos interesados, lo cual fue fantástico. Fue fácil de entender. Era nuestro 43º aniversario de boda y en la parada para el almuerzo nos sorprendió con un pastel de aniversario para celebrarlo. Fue muy atenta, preguntándonos cómo estábamos, asegurándose de que entendíamos lo que iba a suceder a continuación y dándonos información de fondo sobre el siguiente sitio. El conductor también hizo un trabajo maravilloso. Era un muy buen conductor, paciente y maniobró bien el vehículo en espacios reducidos.